Las motos son un medio de transporte cada vez más utilizado, pues son más económicas, gastan menos combustible y son más rápidas y manejables que los coches en ciudad. Pero tienen un inconveniente, son más fáciles de robar. Por eso la mejor protección para una moto es instalar en ellas un localizador GPS.
En España, según fuentes del Ministerio del Interior, se roban en torno a unas 100 motos por día. Eso equivale al robo de una moto cada 15 minutos. El dato es preocupante, pero aún lo es más saber que solo el 10% de esas motos se recuperan.
A Barcelona le corresponde el triste récord de ser la ciudad de España donde se producen un mayor número de sustracciones, seguida de Málaga y Madrid. Es cierto que la ciudad condal tiene un parque de 277.000 motos, el 30% de los vehículos que hay en el municipio.
Las motos robadas son desguazadas en muchos casos y es difícil recuperarlas
Pero, ¿para qué se roban las motos? Una de las razones es para disfrutarla un par de noches o para cometer un delito con ella y después dejarla tirada, pero es lo menos frecuente. En la inmensa mayoría de los casos las motos se roban para desguazarlas y convertirlas en recambio clandestino barato.
Muchas de las motos robadas viajan en camión hasta Tarifa catalogadas como chatarra y desde allí son embarcadas en un ferry hacia mercados menos vigilados como Marruecos o Argelia. En estos países las motos serán remontadas y puestas de nuevo a la venta.
También existen los robos “por encargo”: alguien que quiere hacerse con un modelo determinado y les pide a los ladrones que la sustraigan; luego se falsifican los papeles y la matrícula, se tunea un poco y a disfrutarla por un módico precio.
¿Cuál es el modus operandi de este tipo de robos? Normalmente, los ladrones acuden a lugares en los que haya muchas motos aparcadas, eligen la que quieran robar y la suben a una furgoneta a pulso. Seguidamente, la trasladan a talleres clandestinos en los que las desguazan o las desfiguran para cambiar su apariencia.
Es a partir de primavera, cuando con el buen tiempo los usuarios más utilizan sus motos, cuando más frecuentes son estos delitos. ¿Y cómo se pueden evitar? Desgraciadamente los candados no representan suficiente dificultad para los amigos de lo ajeno. Y ni siquiera por estar en un garaje están más protegidas. ¿Cuál es la mejor protección para una moto? Un localizador GPS.
Un localizador GPS ayuda a localizar de forma inmediata una moto robada
Un localizador GPS no sirve para evitar el robo, pero sí para, saber que alguien ha movido la moto de donde la teníamos aparcada (el dispositivo nos avisa de cualquier movimiento) y, lo que es más importante, permite a su dueño rastrear sus movimientos y su paradero para que la policía pueda dar con ella y recuperarla.
El GPS gracias a la tarjeta SIM que lleva instalada nos da el posicionamiento de la moto con gran precisión y en tiempo real. A través de una app o del navegador, el propietario puede conocer la ubicación de su máquina en cualquier momento y lugar.
Para garantizar la eficacia del sistema es fundamental que el localizador GPS esté bien escondido en la moto, pues de lo contrario los ladrones lo pueden extraer y no podría cumplir su función. El dispositivo se puede esconder en sitios poco accesibles y se conecta a la batería bajo llave, por lo que no necesita recargarse. Lo ideal es acudir a un profesional para realizar la instalación.
Sistemas de localización GPS que detectan el movimiento y avisan al propietario
Para reaccionar con rapidez en caso de emergencia, los rastreadores GPS modernos ofrecen sistemas de alarma intuitivos. Se recomienda a los motoristas establecer una “valla digital” alrededor de sus máquinas. El sistema avisa automáticamente al propietario si la moto sale de la zona de seguridad definida a través de notificaciones en el móvil o por correo electrónico, lo que permite actuar rápidamente en caso de emergencia. Otras funciones de alarma avisan de vibraciones y evitan así robos y actos vandálicos.
Según el modelo del localizador GPS instalado se puede acceder a funciones adicionales, como el almacenamiento de rutas. A través de una sencilla función de “localización compartida”, un rastreador GPS puede ser un salvavidas en caso de accidentes en zonas poco transitadas. Estos dispositivos aumentan la seguridad del hombre y la máquina y proporcionan una conducción más confortable.
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